Una tarde lluviosa, un individuo anodino baja de un tren en una ciudad sin nombre. Con paciencia, espera que alguien se presente a recogerlo, pero nadie viene. Al caer la noche se dirige hacia las oficinas de la Empresa, para empezar con la tarea asignada: una investigación acerca de las causas de numerosos suicidios producidos entre los trabajadores de la organización. Tarea complicada desde el principio: se le niega el acceso fuera del horario laboral, se le requiere más documentación y debe hacer frente a dificultades para alojarse. Ambiente hostil que no le deja ni comer ni dormir, rodeado de empleados entre amables y amenazadores, no halla respuestas. El Investigador presiente ser víctima de una máquina infernal, que fabrica seres vacuos e identificados, por su función.