Aquellos lectores que se acerquen al libro de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), Filek, el estafador que engañó a Franco, pensando que es una novela según los cánones establecidos, tal vez se sientan defraudados. El escritor aragonés vuelve a la fórmula de la no ficción con un híbrido entre periodismo, historia y novela ya empleada en Enterrar a los muertos, donde dejó patente su pericia para la investigación histórica. Ahora narra la historia de un estafador y delincuente internacional de poca monta que cambia con frecuencia de nombre para no dejar huellas. Una vez más se decanta por los timadores profesionales, que han tenido un gran protagonismo en su obra literaria. Hace cuatro años, mientras escribía Derecho Natural, dio con la historia de este embaucador “especialmente persuasivo” (página 36) que le vendió al dictador gallego un combustible sintético mejor que la gasolina, en el que supuestamente se mezclaban extractos vegetales con agua del río Jarama. El resultado asombraría al mundo entero. “Era todavía la época dorada de los grandes inventores. Estaba aún vigente el mito del científico genial, como Edison, Graham Bell o Marconi”